lunes, 26 de septiembre de 2011

LA VOZ DE RUSIA RINDE POSTRER HOMENAJE A JOSE MIGUEL VARAS

Moscú, 26 de septiembre de 2011 En Moscú nos ha causado enorme tristeza la noticia del deceso del conocido escritor chileno, laureado del Premio Nacional de Literatura, entre otros, José Miguel Varas. Fue un gran amigo de la emisora “La Voz de Rusia”. Muchos de nuestros colegas conocieron personalmente a José Miguel y recuerdan su labor en el legendario programa “Escucha Chile”, que se transmitía desde Moscú en los años de la dictadura castrense. A través de este programa los chilenos se enteraban de lo que ocurría en la patria y que la prensa censurada, cómplice del régimen, callaba. “Escucha Chile” denunciaba los crímenes de la Junta y llevaba hasta el país la palabra de la solidaridad internacional. En 2006, nosotros, sus amigos rusos nos sentimos muy felices de poder felicitar a José Miguel por la distinción del Premio Nacional de Literatura. Pero, para dicha nuestra, no interrumpió la labor periodística y, hasta el fin de sus días fue corresponsal de “La Voz de Rusia”, la antigua Radio Moscú, en Santiago de Chile. José Miguel tenía muchos amigos en Rusia. Durante su último viaje a Rusia estuvo de visita en nuestra emisora, como lo recuerdan las fotografías que ofrecemos en nuestro sitio electrónico. Encontrándose en la emigración en nuestro país, y trabajando en Chile, José Miguel hizo mucho para el estrechamiento de nuestras culturas. No es casual que, en 2007, por decreto del presidente de Rusia le fuera conferida la prestigiosa medalla Pushkin. Vayan nuestras mas profundas condolencias a la familia de José Miguel Varas, a la Sociedad de Escritores de Chile, con motivo de la partida de nuestro gran amigo. El recuerdo de José Miguel quedará para siempre en el corazón de sus amigos y colegas rusos. A.G. Bistritzki Presidente de “La Voz de Rusia”
Las agencias de informaciones anunciaron el deceso del conocido escritor chileno, laureado del Premio Nacional de Literatura José Miguel Varas Morel. José Miguel fue un gran amigo de nuestra emisora. Durante largo tiempo estuvo vinculado al chileno el veterano de nuestra radio, Leonard Kosichev, quien, embargado por la tristeza de la muerte de José Miguel escribió estas páginas, que tituló, “En memoria del amigo chileno”. Hoy día, tras la partida de José Miguel Varas quiero departir mis sentimientos con sus amigos chilenos y lectores. Conocí a José en Chile, en los años del gobierno de Salvador Allende, cuando era director del servicio de noticias de la TV nacional. Es verdad que, ya antes, había leído su interesante librito, editado entonces al ruso, “Porai”, y distintos cuentos. Pero, José estaba entregado entonces a la labor publicista, y cierta vez me dijo, sincerándose, que casi no le quedaba tiempo para la creación literaria. En aquel período lo principal para José Miguel eral defensa del gobierno de Allende, contra el que sus enemigos políticos habían lanzado una furiosa guerra informativa. Nos hicimos amigos con José. Como corresponsal Radio Moscú y de la TV soviética pude siempre contar con su ayuda profesional y apoyo, que es siempre tan indispensable para un periodista extranjero en tierras extrañas. El 11 de septiembre de 1973, a tempranas horas me despertó un telefonazo. Escuché la voz de José Miguel quien pronunció solo escasas palabras: “Leonard: Por ahora no está muy claro. Pero en Valparaíso y en Puerto Monte se levantó la flota. Todo parece indicar que comenzó una insurrección militar”, me dijo rápidamente. Horas mas tarde seguía por las transmisiones radiales como los aviones y los tanques de los golpistas asaltaban el palacio de La Moneda. Allí, con un fusil en las manos pereció Salvador Allende, defendiendo su mandato constitucional. Entonces, en Chile se perpetró un golpe de Estado que remeció la conciencia del mundo por su crueldad. Días mas tarde de la llegada al poder de la Junta castrense encabezada por el general Pinochet leía en los periódicos la nómina de destacados partidarios de Allende que eran buscados por las autoridades de facto. En ella figuraba el nombre de José Miguel Varas. Pero, José había logrado pasar a la clandestinidad y mas tarde pudo refugiarse en la embajada de Alemania y, con la ayuda de esta, abandonar Chile. Ya pueden imaginarse la alegría que sentí cuando volvimos a encontrarnos en Radio Moscú. Aquí, durante quince años encabezó el grupo de periodistas emigrantes chilenos, que juntos con los colegas soviéticos preparaban el famoso programa “Escucha Chile”. Este programa se convirtió en el dolor de cabeza permanente de la Junta. Los chilenos se enteraban a través de él de lo ocurría en la patria y que la prensa censurada callaba. “Escucha Chile” denunciaba los crímenes de la Junta y llevaba hasta el país la palabra de la solidaridad internacional. Y nuevamente, el trabajo periodístico diario le absorbía mucho tiempo a José Miguel, quien sabía que los programas de “Escucha Chile” eran un aporte a la lucha por el restablecimiento de la democracia en Chile. Y cuando el largamente esperado día de la libertad llegó, y José retornó a Chile, por fin pudo abocarse de veras a la creación literaria. En 2006, nosotros, sus amigos rusos nos sentimos muy felices de poder felicitar a José Miguel por la distinción del Premio Nacional de Literatura. Pero, para dicha nuestra, no interrumpió la labor periodística y, hasta el fin de sus días fue corresponsal de “La Voz de Rusia”, la antigua Radio Moscú, en Santiago de Chile. José Miguel dejó en Chile a muchos amigos, entre los que me ubico. Durante su viaje último a Moscú, a fines del 2010, tuve la suerte de tenerlo de visita en mi hogar. Y ahora, con toda nuestra familia nos reunimos para recordar al amigo, según la costumbre rusa, con un trago de vodka. Recordábamos su sonrisa, su humor, su cordialidad, y el brindis de sobremesa que pronunciara en esa ocasión: “Por mis fieles amigos rusos”. Encontrándose en la emigración en nuestro país, y trabajando en Chile, José Miguel hizo mucho para el estrechamiento de nuestras culturas. No es casual que, en 2007, por decreto del presidente de Rusia le fuera conferida la prestigiosa medalla Pushkin. Al recibir la medalla, José Miguel Varas puso de relieve este signo de distinción, en alusión a la enorme relevancia que para él tenían Rusia, la cultura del país, y particularmente su literatura. La labor de José Miguel varas en el campo literario la continúa una de sus hijas, Cristina, conocida ya por sus traducciones al español de Pushkin, Bulgakov, de Averchenko y de otros escritores rusos. Es posible que mis hijas que crecieron y recibieron educación en Rusia, dijo cierta vez José Miguel Varas, sean el mayor aporte al estrechamiento de las culturas rusa y chilena... Condolencias de nuestros oyentes Estimados amigos: Tenemos el dolor de informarles el fallecimiento de nuestro amigo, compañero del tiempo, pasado y presente, José Miguel Varas Morel. Su deceso se produjo este viernes 23, a causa de una falla cardíaca. "Jota Eme" será velado este sábado 24 y domingo 25 en la casa de la cultura "Michoacán", conocida como "la casa de la Hormiguita", Delia del Carril, ubicada en Lynch Norte 166, La Reina. Sus funerales se efectuarán el lunes en el cementerio Parque del Recuerdo, Avenida Américo Vespucio 555, comuna de Huechuraba. Previamente a las 12 horas se realizará un acto de despedida en Michoacán tras lo cual el cortejo se dirigirá al Parque del Recuerdo. Les saluda, en nombre de la familia y de todos los compañeros y amigos de José Miguel, nuestro amigo de tantas batallas y circunstancias. Marcel Garcés -- “Inesperadamente, a las 19.30 horas, el premio nacional de literatura 2006 y destacado periodista, José Miguel Varas, falleció a consecuencia de un paro cardiaco cuando dormía. Su fallecimiento se produjo el mismo día en que murió su gran amigo, el poeta Pablo Neruda. José Miguel es un personaje de grandes historias que escribió, que lo hicieron merecedor a la máxima distinción de las letras en Chile y en otras distintos países, incluído de Europa. Fue quien dirigió el equipo de periodistas chilenos que desarrolló bajo la dictadura militar en Chile programas diarios a través de Radio Moscú, destinados a la opinión pública internacional y al pueblo chileno. “Escucha Chile” fue sugerido desde Chile por un grupo de luchadores clandestinos. José Miguel Varas acompañó al Secretario General del PC chileno, Luis Corvalán, en todas sus giras por los países europeos luego que la dictadura debió liberarlo por la presión internacional y la ayuda fraterna de la ex Uniсn Soviética en aquel entonces. Mario Gómez López” - “Los colegas de Varas lo recuerdan como un director, un profesional de notables condiciones y una devoción a la causa de la libertad del pueblo chileno como algo que significó alcanzar niveles de éxito y de madurez política en circunstancias nuevas que se gestaban tras el golpe militar en Chile. Como uno de sus colegas que fue ayudante dentro del equipo que transmitía el programa “Escucha Chile” y otro que llevaba el nombre de “Radio Magallanes”. Era un hombre absolutamente serio y, sin embargo, con un ingenio y una memoria para contar anécdotas y chistes o en salidas frente a situaciones como las que ocurrían en Moscú. Escribió un libro que descubre muchos secretos de cómo era la ex URSS y que el tituló “Las pantuflas de Stalin”. Para algunos de sus amigos, colegas, este libro marca su dedicación ciento por ciento al regresar del exilio a la literatura. Para quienes no lo conocieron, sepan que tenía un ingenio con visiones de incalculables matiz, narradas con una seriedad monacal. En Moscú, su casa era el lugar de reunión dominical de los periodistas chilenos que trabajaban en Radio Moscú, con un asado a la sudamericana y uno o más vodka a la soviética. Quienes le conocieron valoran su consecuencia política, su grandeza profesional como escritor y periodista y sus condiciones humanas para ser el gran amigo que todos soñamos tener en nuestra vida. Lautaro Aguirre” -- “Una tremenda perdida personal, porque fue un gran amigo, un jefe excepcional, una nueva ausencia colectiva porque fue un modesto indispensable, de la escuela del Tata Lucho, periodista comprometido, e incansable. Hubo que pedir que le sacaran tanto turno, porque trabajaba a la par con todos. Uno de los mejores escritores de Chile, un humorista fino, dibujante empedernido, un compañero ejemplar, cariñoso padre y amoroso marido, abuelo chocho. Es un orgullo haber trabajado 10 años con él como verdaderos camaradas, Junto a un grupo de notables colegas tenaces, claritos y fraternos, entend́ió todas las locuras y apoyó incluso aquella llamada a pisagua. Sus casas siempre estuvieron abiertas para todos, con afecto auténtico me pidió hablar entre sus muchos amigos. Estrella cuando cumplió sus 80. Hace una semana le dije al presidente del colegio Metropolitano que teniamos que hacer algo bueno entre él y los periodistas para este grande que segía haciendo despachos a la vieja radio. Ahora hasta me da pánico mirar al espejo y ver cómo pasó el tiempo. Por eso miro a las hermosas hijas que son el tesoro y regalonas de JM. Estoy muy triste, un dolor tras otro, pero somos guerreros hasta el final. Un abrazo en esta pena inconsolable para mi querida amiga Iris, para sus estimadas hijas. Estaremos con uds en este trance tan terrible, inesperado y demoledor. Rodrigo Cerda -- “Falleció el escritor y periodista José Miguel Varas. Amados hermanos, aqui les mando una lamentable noticia tanto para Chile así como para ustedes los rusos, sobre todo los que han pertenecido a la Radio Moscú, porque falleció el connotado escritor chileno, locutor de radio, periodista, premio nacional de literatura 2006, José Miguel Varas. Sé que ustedes lamentarán mucho esta noticia, por los estrechos lazos que nos y los unían a este personaje de nuestras historias comunes. Recuerdo que en una oportunidad me llamó telefónicamente a Vilcún avisándome que ustedes me habían enviado regalos desde Rusia, consistente en relojes, piochas, tarjetas, pegatinas y otros souvenirs con imágenes talladas de Moscú; me preguntó esa vez por qué medio podían enviarmelas, ante lo cual lo reconocí de inmediato por su voz y le expresé la gran honra y sorpresa que era para mí escucharlo, ante lo cual él me replicó, que quizás no era para tanto. Ese fue nuestro encuentro, lo tengo muy grabado en mi memoria. Al altísimo ruego lo tenga en su santo reino. José Alejandro Montero Aedo

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