miércoles, 27 de mayo de 2009

LOS PRESOS DE CHENA RECUERDA A KATIA DE ESCUCHA CHILE


Cuando estábamos presos en Chena vivíamos una rutina simple y dramática. La mayor parte del tiempo vendados, tortura en horarios establecidos por los verdugos, generalmente en el mismo campo aunque algunos eran llevados a la Escuela de Infantería, y breves momentos de relajo cuando cambiaba la guardia o al iniciarse la noche.

Era el momento en que se podía quitar por un momento la venda, fumar algún cigarrillo y poner al día a los nuevos detenidos, quienes aprovechaban de contarnos lo que estaba pasando afuera. Así supimos lo de Neruda, lo de los asilos en las embajadas o lo sucedido a tal o cual compañero o compañera.


Fue ahí, de boca de nuevos presos, donde supimos de las noticias y la música en onda corta. Transmitía radio Magallanes, algunos noticieros en español desde Alemania, emisoras de distintos países de Europa y América entregaban las noticias que aquí se nos negaban.


Sin embargo quienes se llevaban las palmas y halagos eran las transmisiones de radio Moscú. Ahí hablaban dirigentes políticos y sociales, se transmitían noticieros con informaciones que salían desde Chile.

Desde ese tiempo, octubre de 1973, y cada vez que se habla de lo que significó Radio Moscú para los luchadores antifascistas, se me viene a la memoria el nombre de Katia.


“Aquí Radio Moscú” y “Escucha Chile” eran 2 frases que junto a una breve cortina musical con notas del himno nacional abrían las emisiones diarias, las que eran esperadas por millones de chilenos todos los días y nunca dejaron de llegar a nuestros oídos para transmitirnos ánimos, contar dolorosas verdades, educarnos en la solidaridad.

En este Mayo de 2009, a los 91 años ha muerto en Israel Ekaterina Olievskaya, la querida e inolvidable Katia, la voz, el corazón de Escucha Chile.
Un pueblo la despide triste, los anónimos ciudadanos que recibieron su cálida voz cada día de la oscura etapa de la dictadura en Chile, siempre saludaran el afecto, el amor, la consecuencia de KATIA.


Manuel Ahumada Lillo
Presidente C.G.T. MOSICAM

viernes, 22 de mayo de 2009

KATIA OLIEVSKAYA, DE ESCUCHA CHILE: LAS NOTICIAS QUE LA JUNTA ESCONDE Y PROHÍBE


Cómo supo el mundo la Operación Leopardo

Estimada Virginia:
Es triste enterarse de la muerte de Katia, a quien, sin conocerla, le tuvimos mucho afecto y admiración.

 Aprovecho esta oportunidad para contarte algo que pocos saben.

 En los primeros meses y años de la dictadura, fui un reportero que trabajé en las sombras para el programa Escucha Chile, de Radio Moscú.

 Con absoluta nitidez recuerdo la tremenda emoción que me invadía cuando escuchaba, en una vieja radio que transmitía onda corta, que mis entrevistas y reportajes eran difundidos a todo el mundo.

 Yo entregaba mis carillas, escritas a mano ó a máquina, en un diminuto papel, en un fugaz encuentro con un compañero incógnito, y antes de dos semanas el contenido era leído por Katia y, a veces, hasta por el mismísimo Volodia.

 Recuerdo que uno de los reportajes más impresionantes fue uno que se difundió en "Escucha Chile" en enero o febrero de 1974, durante varios días.

 A través de ese reportaje se denunció el montaje de la llamada "Operación Leopardo", que la dictadura había difundido como un enfrentamiento que, según ellos, se había producido en las cercanías de una estación eléctrica cerca de Renca, donde habían muerto cuatro ó cinco jóvenes que "intentaban" volar las torres de alta tensión.

 La rigurosa verdad fue que los cuatro o cinco jóvenes, todos comunistas, habían sido detenidos en la comuna de San Miguel, cerca de La Legua, un par de días antes de la navidad, cuando estaban fabricando pan de pascua.

 Varios días después sus familiares fueron llamados a retirar los cuerpos desde la Morgue, donde se los entregaron en ataúdes sellados y con expresa prohibición de abrirlos.

 Los padres de los jóvenes los llevaron a sus casas, hicieron un velatorio clandestino y en la noche abrieron los ataúdes, para lo cual tuvieron que romper las soldaduras.

 Con horror constataron que sus hijos tenían evidencias de torturas y  de haber sido, literalmente, masacrados.

 Luego de enterrar a sus muertos, uno de los familiares contactó a alguien; ese alguien a otro, que a su vez me contactó a mi, y me citaron a la casa de una de las víctimas.

 Durante un par de horas escuché los relatos de padres, madres, hermanos, pololas. Incluso conversé con una jovencita que había estado detenida con los que fueron ejecutados.

 Fueron horas de espanto.

 Cuando salí de esa casa, tanto o más modesta que la mía, pero en la que ya no cabía más dolor, me propuse hacer el relato más fidedigno posible de lo que había escuchado.

 Sabía que si el asunto se filtraba, si la dictadura se enteraba de quién había hecho el reportaje, seguramente correría la misma suerte de esos jóvenes.

 Pudo más el compromiso personal y la convicción y escribí unas cuatro  o cinco carillas, a reglón seguido. Esperé el día acordado para el  contacto semanal; oculté el trabajo en uno de mis zapatos; agarré una  micro y me fui al centro de Santiago, para entregarlo a ese compañero  incógnito, del que te hablé antes.

 Menos de diez días después Katia anunció el reportaje y Volodia lo  leyó durante varias emisiones.

 Obviamente, mi emoción cuando escuché el reportaje se mezcló con altas  dosis de miedo, por mí y mi familia.

 Sin embargo, al parecer el hilo transmisor desde Santiago a Moscú  funcionaba sin interferencias ni filtraciones, y no hubo problemas.

 No faltaron los compañeros que vivían en el mismo campamento donde yo vivía, (ese que tú conociste y visitaste cuando se llamaba Villa Lenin, en La Granja), que también escuchaban "Escucha Chile" que me comentaron el reportaje que difundía Radio Moscú.

 Desde luego, mi respuesta era de total asombro y de repudio, con una  cara de estar recién sabiendo lo que oía.

 Te cuento, amiga Virginia, que nunca antes había comentado este tema,  del que sólo están enterados el compañero que me llevó hasta la casa  donde hice las entrevistas (que está vivo y que puede dar testimonio de lo que te relato); mi señora, que me ayudó a ocultar las carillas; y el compañero incógnito, a quien le entregué el reportaje, a quien le adelanté lo que le estaba recibiendo.

 Discúlpame haber aprovechado esta oportunidad de recuerdo de nuestra amiga Katia, para contarte lo que te he contado, pero creo que es bueno que alguna vez, entre los que nos merecemos confianza, nos contemos estas cosas para que queden registradas más que en nuestras modestas  historias personales, en la memoria de todos.

 Recibe un estrecho abrazo y sigue adelante con tu cruzada de difusión de la cultura, porque, como decía el título de tu columna en El Siglo: "No sólo de pan...".

 Un beso

Mauricio Jorquera Encina 

(Publicado en ANAQUEL AUSTRAL)

http://virginia-vidal.com/

miércoles, 20 de mayo de 2009

ISIDORA AGUIRRE RECUERDA SU ENCUENTRO CON KATIA EN MOSCU Y OYÉNDOLA EN CHOLCHOL CON LOS PAINEMAL


Sobre Katia no sé como agregar algunas palabras a las que sobre ella se vierten, pero quizá pueda decir que conocí a Katia en Moscú y me parecio su persona tan cálida como su voz, la que nunca dejaba de escuchar en esos años difíiciles, en que era ella nuestro nexo con la ansiada y esperada libertad.
La escuché muchísimas veces en Cholchol, cerca de Temuco, cuando visitaba la ruca de la familia Painemal (durante la investigación para mi obra Lautaro) en una radio a pilas (tenían ellos un truco para recargar las pilas).
A las 8 PM, dejaban cualquier tarea para escuchar, "religiosamente" la voz tan cálida de Katia, sintiéndola como su pariente tan cercana aunque llegaba de tan lejos..
Me sumo a todo lo hermoso que de ella dicen los que escribieron para rendirle este homenaje póstumo ya que lamentan todos no haberlo heho en vida.

Isidora Aguirre

martes, 19 de mayo de 2009

KATIA OLEVSKAYA O LA MUERTE DE LA VOZ DE ESCUCHA CHILE


Es extraña la sensacion de pena. Es como un sentimiento largo, lento y muy profundo. Es silencioso. Es lo que yo creo paso con Katia hace varios años atras.


Debe haber sido el sentimiento que la invadió llegando a Israel. Porque tiene razón Marcel en su comentario, cuando dice que en el fondo de su corazón se fue al destierro, aquel que se suponia ella conocia muy bien por su relacion tan íntima con el destierro ajeno.


Que dura que fue su vida, pero a la vez que intensa... plena de consecuencia en sus actos. Como que siempre tenía fuerza para todo! Yo asocio su imagen, el color de su piel a los duros inviernos moscovitas, al sabor de los alimentos enlatados, a los paisajes llenos de nieve... la tenue luz de la radio?

Su voz es cuento aparte.

Tuve el privilegio y la pena también, de verla en medio del desierto, en un minúsculo departamento en un asentamiento judio, rodeado de carretera y palestinos que odiaban la carretera y el asentamiento, lejos de la ciudad y eternamente lejos de su mundo.


Tomamos te. Ella no entendia que secreto codigo religioso era el que impedia que los hombres la saludaran mirandola a los ojos en determinadas fechas del calendario religioso ¿?

Porque sentia ella que transgredia la norma si no tomaba te con la cabeza agachada durante el "Sabat".

Porque los Palestinos no podian ser sus amigos y los judios que si podian no eran las personas amables y cultas que ella estaba acostumbrada a tratar?


No se como fue su muerte, pero no puedo dejar de pensar que el destierro y la muerte no son una buena mezcla.


Por eso prefiero centrarme el el brillo de sus hermosos ojos, el sabor del te negro, la suavidad de sus manos y la calidez de su presencia a pesar de los 20 bajo cero de las calles de Moscú.

P.D.- Obviamente Chile y el mundo debieran saber más sobre personas como Katia, sobre lo que significa la solidaridad y creer en que un mundo mejor es posible.

Silencio Solemne.

Pablo Cáceres Meza

lunes, 18 de mayo de 2009

LA HISTORIA DE KATIA OLEVSKAYA, LOCUTORA DE RADIO MOSCÚ

Para no olvidarnos de esa gran mujer, revolucionaria, compañera y amiga que todos los dias nos entregaba su voz a travès de las ondas de Radio Moscù y su programa "Escucha, Chile".
Para conocerla un poco mejor es que les envio este escrito del compañero Rolando Carrasco que tiene por titulo "Escucha, Chile".
Semblanza de Katia, publicado en Revista Araucaria Nº 22 , año 1983.
Con saludos fraternales.Oscar Dante Conejeros E.












































domingo, 17 de mayo de 2009

KATIA, LA NOVIA DE CHILE Y NUNCA LE RENDIMOS UN HOMENAJE


KATIA, LA NOVIA DE CHILE Y NUNCA LE RENDIMOS UN HOMENAJE

Un 12 de Septiembre de 1973 llegamos al ex Estadio Chile, los primeros detenidos de la dictadura militar, pobladores, obreros, funcionarios públicos, mujeres y hombres de diversas actividades y por cierto los estudiantes de la UTE ... entre ellos los detenidos en nuestra Universidad, que resistió todo el 11 y que no se fue para su casa, son funcionarios auxiliares, profesores y alumnos, entre ellos, toda la FEUT, Osiel Nuñez, el Goyo Mimica y nuestro querido Víctor Jara.

Muchas y muchos estudiantes fueron destinados al Estadio Nacional, otros a recintos militares y posteriormente fuimos derivados a cárceles y campos de Concentración.

Con el tiempo, aquellos que se encontraban en estos recintos se las ingenian de cualquier método lograr obtener información del exterior y con una radio a pilas se cuelgan de alambres del tendido de ropa y como antena, la típica "tapa de olla", y ahí todos estos prisioneros se juntaban para recibir a ESCUCHA CHILE...programa de alta sintonía de presos y combatientes, destacándose una voz, tierna, acogedora, ella era Katia, Desde el primer momento nació el cariño y el amor al escuchar a Katia, por lo tanto Katia se convierte en nuestra NOVIA, la Novia de Chile, de un país que soportaba el dolor, la represión, la persecución y escuchar esta bella voz, era imposible no enamorarse, ni siquiera se sabían las características físicas de Katia, su edad, pero la imaginábamos hermosa y simplemente fue nuestra, esto se llama Amor.

Este programa realizado en Moscú, tiene una relación muy especial con la UTE, si... porque ahí trabajaba un ex estudiante de nuestra Universidad, que además era " ahijado"  de Katia, su nombre Lautaro Aguirre, emergente periodista que era parte del equipo de José Miguel Varas, Volodia Teitelboim, Rolando Carrasco… por mencionar a algunos: Entre él y Katia nació una gran amistad, y nuestro compañero escribió crónicas e información sobre la lucha de la UTE y denunció el día que Pinochet le quitó el nombre a nuestra universidad y le puso USACH… ojalá, todas esas historias pudieran ser escritas en alguna oportunidad en este Blog.

Hoy nuestra, NOVIA de voz amorosa, no está físicamente con nosotros, pero la llevamos en nuestro corazón y nuestra sangre roja por toda la vida.

Lo único que me incómoda que JAMÁS !!! le rendimos un homenaje como ella se merecía...pero nunca es tarde, por ello quisiera abrir las opiniones para realizar un recordatorio en tal sentido, porque hoy la Corporación UTE-USACH, está empeñada con entusiasmo en realizar un gran acto de Homenaje a Víctor en ese mismo Estadio que hoy lleva su nombre y que tiene un significado emblemático para todos aquellos que estuvimos ahí, y esta jornada la queremos enmarcar en las actividades de nuestro Bicentenario en el mes de Septiembre.

Fraternos saludos a todos

Mario Urzúa, presidente FEUT Concepción 1973

Ex PP Estadio Chile y Chacabuco

sábado, 16 de mayo de 2009

Katia Olevskaya la inolvidable voz de Escucha Chile, presente en nuestro recuerdo cariñoso

Iris Largo Farías

Por favor, reenvía tus bellas y certeras palabras al mail de los mandamases de la Moneda, al Tironi (que se hizo de rogar cuando René fue a visitarlo a La Moneda para pedir trabajo), al Carvajal, a la Verónica Ahumada, a la no sé cuantita y al no sé cuantito.

Un abrazo emocionado

Fresia Rojas Painecura

MUY TRISTE LA NOTICIA....  CLARO QUE SE MERECÍA EL TRIBUTO OFICIAL DE ESTE MALAGRADECIDO PAíS !!!

Paz Rojas

Mis queridos los acompaño en su pena. Recuerdos inolvidables de esa radio Moscu y su "Escucha Chile", esas voces tan esperadas esas noticias ....Toda una esperanza .. Será posibles tener esas grabaciones ? Así Katia revivirá junto a ustedes y no tendremos pena. Un gran abrazo

 FRANCISCO VILLA

UN HOMENAJE A LA RECIENTEMENTE FALLECIDA KATYA OLEVSKAYA..
GRAN MUJER Y VOZ DEL PROGRAMA ESCUCHA CHILE DE RADIO MOSCÚ Y MAGALLANES, EN LOS DESPIADADOS DÍAS DE LA DICTADURA CHILENA.    VAYA TAMBIÉN EL HOMENAJE A OTRAS VOCES DE ESA AUDICIÓN: RENÉ LARGO FARÍAS, VOLODIA TEITELBOIM (TAMBIÉN FALLECIDOS) Y A NUESTRO PREMIO NACIONAL DE LITERATURA Y VOZ TAMBIÉN DE ESE PROGRAMA, JOSÉ MIGUEL VARAS.
YO ESCUCHABA EL PROGRAMA JUNTO MI PADRE, CON LA ADRENALINA AL TOPE (VIVÍA AL LADO DE LA CUARTA COMISARÍA EN EL BARRIO MATTA), EN UNA RADIO VIEJA CON UN ALAMBRE RETORCIDO COMO ANTENA PARA AGARRAR LA ONDA CORTA...QUE EMOCIÓN...

Paulo Slachevsky; Silvia Aguilera

Compartimos con ustedes la pena de esta triste noticia.Un abrazo grande para ustedes, el que ciertamente no podrá abarcar toda la tristeza ni la ausencia que la noticia ha provocado en todos quienes con ella compartieron y recibieron el incondicional cariño de la amistad, la fraternidad.      Los queremos mucho.

Faride Zerán 

Lamento la muerte de Katia. Más cuando pienso que nunca tuvimos oportunidad para homenajearla como país democrático que agradece lo que ella hizo por la verdad y la defensa de los derechos humanos en Chile. Quizás, es el mejor ejemplo de que aún somos un proyecto de país democrático. Abrazos.

Alejandro Yánez

Acabo de recibir un mensaje de José Miguel Varas comunicando la muerte de Katia en Israel. "Escucha Chile" de Radio Moscú, con la voz de Katia, está en el recuerdo de miles y miles de personas. Me sumo a todos ustedes en el dolor por esta tremenda pérdida. Un abrazo a todos

Dolores Carvajal Campusano

Gracias José Miguel por considerarme entre tus conocidos, primero de
la lamentable perdida de nuestra amiga Katia y luego por enviarme este
artículo precioso. Es cierto, también hemos derramado lagrimas, no
tuvimos más que la oportunidad de verla desde lejos en esa comida que
Uds. organizaron hace ya muchos años atrás, y no nos acercamos a ella
por un pudor mal entendido, (quien soy yo para acercarme a ella...)
Aprovecho la oportunidad para enviarles todo nuestro cariño.
Un gran abrazo


Carlos  Orellana

Siento sinceramente lo de la muerte de Katia. Yo no la conocí mayormente, pero recuerdo que alguna vez, en uno de los pasillos de Radio Moscù, me la presentaste, y no olvldo sus ojos tan azules, una mirada penetrante aunque dulce, como suelen ser, según experiencia que viví personalmente, los ojos de algunas mujeres judías. Pro, claro, recuerdo su voz a través de la radio, algo absolutamente inolvidable. Gracias por la información. Un abrazo

Lilian y Vladimir Chávez

Solidarizamos con vuestra pena por la partida de Katia. En años aciagos su cristalina voz de denuncia y esperanza caló muy hondo en el corazón de innumerables chilenos. Recordamos el caso de nuestra tía Lina, mujer sencilla, sin identidad política, que cautivada por las emisiones de Radio Moscú y particularmente por Katia, superando la niebla de sus ojos ancianos, le tejió un chal, gesto que Katia respondió agradeciéndole por las ondas de Escucha Chile, lo cual llenó de alegría y orgullo, hasta el fin de sus días, a dicha tía. Cuánta humanidad y nobleza había en Katia!...

Les abrazamos con mucho afecto.

Raquel Mejías

Una pena enorme me ha causado la muerte de Katya, a quien apreciábamos tanto por su trabajo de apoyo y solidaridad en una etapa tan difícil de nuestras vidas. Por sobre todo lamento haber estado tan lejos de ella, cada uno de nosotros en mundos tan distintos, que no facilitaron que le hubiéramos podido manifestar nuestro agradecimiento, lo que significó su trabajo para miles de chilenos, la esperanza que traía su voz para los opositores a la dictadura, lo que la admirábamos todos los que tuvimos la suerte de conocerla en su elegancia, sobriedad y discreción. Siento que quizá no fuimos lo suficientemente cariñosos en el momento en que ella también debió vivir en el último tiempo en otro país, que aunque la acogiera, no era su vida. Una mujer muy sabia Katya, con muchas historias que ojalá alguien pueda recogerlas ahora para que se conozca la calidad de compañeros que tuvimos la suerte de conocer y que nos acompañaron. 

José Astudillo Gómez

Estamos contigo en el dolor hondo y solo mitigará esa pena el recuerdo
de haberla apreciado y sentirla como nuestra hermana, amiga y  compañera.

Rosa Ester Marín Miranda 

Hermosa voz una voz de esperanza en las negras y duras noches vividas

MARINA TEITELBOIM                                                                                                                                La Katia, una gran señora, parte de nuestra infancia y juventud, amiga de nuestros padres, la voz que nos unía con Chile. Luchadora hasta el final.

CECILIA SUAREZ INDART                                                                                                                    Gracias por esos emotivos recuerdos de una gran mujer que siempre habitará nuestros corazones. 

IVAN DONATO GUZMAN

Completamente de acuerdo contigo, hermosa voz... 


CESAR  VERDUGO REYES

Gracias, es justo que se mantenga en nuestro recuerdo, la deuda es grande. 

VLADIMIR SEPULVEDA CONTE

 GRACIAS SOCIALISMO, GRACIAS KATYA , P.C DE CHILE Y TODOS AQUELLOS QUE NOS ENTREGARON LA FUERZA PARA LUCHAR !!!!! 

NORMA MARINCOVICH

Conociendo el sensible fallecimiento de Katya Olevskaya, mujer compañera que, hablando un español casi perfecto, solidarizó con la causa de nuestro pueblo, poniendo con su voz el marco que caracterizó a aquellas transmisiones de "Escucha Chile", transmitidas por Radio Moscú entre 

 




viernes, 15 de mayo de 2009

MARÍA VICTORIA Y VIVIANA CORVALAN RECUERDAN A KATIA OLIEVSKAYA

María Victoria Corvalán Castillo 

Siempre estará en algún rincón de nuestros corazones, y en la memoria colectiva...esta gran mujer: Katia la voz de la esperanza de Chile...diciendo cada noche: Radio Moscú Comienza su Radio Programa para Chile...

 "Escucha Chile...Un programa de Radio Moscú!"

Katia siempre estuvo ligada a Chile y los chilenos, y compartió estos recuerdos en una entrevista que forma parte de un libro de testimonios de quienes trabajaron en "Escucha Chile de Radio Moscú".
En lo personal siempre será un honor haberla tenido como madrina de boda, como maestra de locución, como compañera, y porque no decirlo...como amiga... Así nos decía en mi libro "AQUÍ RADIO MOSCÚ: “ESCUCHA CHILE”

  "Yo nací en Ucrania. En Kiev. Cuando llegué con mis padres a México tenía 5 años de edad. Mis padres trabajaban mucho y llegaban tarde a casa. Mi Hermano León y yo teníamos amistad con niños mexicanos y aprendimos rápido el español.

...Yo quería mucho a mi escuela que llevaba el nombre de la poetisa chilena Gabriela Mistral. Yo no sabía entonces que tendría tanto contacto con ella. Hace unos años vino a verme un periodista y me dijo;"Usted me recuerda a Gabriela Mistral. Le tengo tanto cariño como a ella, porque ella nos endulzó la infancia y siempre imagine su voz como la suya".

…"Al principio se decidió que los programas para Chile los leyeran voces de hombre. Yo me queje a los jefes y les dije que Pinochet va a creer que soy su partidaria. Entonces se dio la orden de que los leyera yo también, y los comenzamos a leer con Cequini. Después se unieron jóvenes chilenos Antonio y Pepe, que eran mis regalones, y no me separé de Chile ni por un momento."

Viviana Corvalán

Me parece estar viendo a Katia con su estampa majestuosa,   sus hermosas joyas, esos grandes prendedores que causaban admiración en cualquier mujer. Se me viene su imagen a mi alma  esa  belleza que algunas mujeres de vidas agitadas adquieren con los años y que se transforman en una cosa de sabiduría y buena pinta.

Desde el primer día que pudimos sintonizar Radio Moscú -- el programa Escucha Chile y Radio Magallanes--  Katia nos acompañó con su cariñosa y clara voz. Cada noche nos reuníamos como en un fogón a escuchar las voces que desde la distancia nos  entregaban las noticias censuradas en nuestro país y las relacionadas con las expresiones de solidaridad desde tantos países.

Nunca indagué acerca de su vida mas íntima, tal vez me bastaba con saberla cerca, sentir su incondicionalidad para con la lucha antifascista. En una ocasión nos contó de lo vivido en la guerra. Tampoco ella era muy preguntona, sin embargo muchas veces entregaba una pícara sonrisa de complicidad  en situaciones que presenciaba con la parejas de una.

Podría continuar escribiendo acerca de los recuerdos y de su presencia en las actividades de solidaridad con Chile en Moscú…esos gratos recuerdos...

Pero siento que es necesario expresar que la deuda con "nascha doragaia"  Katia es el reflejo de lo que somos hoy, de  lo que son los partidos de la ex UP en la actualidad

La des-memoria ha incluido a Katia. El verla en el Estadio Nacional aplaudida por una multitud de chilenos en  agradecimiento y reconocimiento hacia esta gran mujer ucraniana pasa a formar parte de nuestros sueños no cumplidos.

 Miles de aplausos a Katia en su partida a otros mundos. Todo nuestro cariño y reconocimiento para tu querida y siempre recordada Katia.



EL PUEBLO DE CHILE Y EL GOBIERNO DE CHILE ESTÁN EN DEUDA CON KATIA

Uno de nuestros mejores auditores y gran corresponsal 

desde Arhus, Dinamarca, fue el arquitecto Miguel Lawner, 

Director Ejecutivo de CORMU, Corporación de 

Mejoramiento Urbano, quien encabezó la epopéyica 

construcción  de la UNCTAD III,Edificio de la 

Juventud Gabriela Mistral y que el tirano rebautizó 

Diego Portales.

Don Miguel nos envió unas palabras por Katia:

Queridos compañeros:

Ha muerto Katia, la compañera cuya voz nos 
acompañó en las heladas noches de la Isla 
Dawson, en las arenas de Ritoque, en cada 
centro de reclusión donde era posible hacerse 
una radio,  y en las tierras lejanas adonde nos 
empujó la dictadura.

No podré olvidar nunca su voz certera, firme, 

diciendo Escucha Chile, al abrir el programa 

que nos ayudó a conservar la fe en los negros 

días del terror y la represión.

Cuando me tocó trabajar la onda durante las 

noches en la barraca de Isla Dawson, me esforzaba 

por trasmitirles a ustedes la fé que emanaba de las 

palabras de Katia.

También recuerdo que cuando Sergio Vuskovic 

estaba de turno en esta tarea, terminaba 

invariablemente amplificando las noticias, 

conforme a las cuales teníamos a la Junta Militar 

por el suelo.

Recuerdo cuando José Miguel Varas me la 

presentó en Moscú, poco después de mi expulsión 

de Chile en 1975, y quedé sorprendido porque me 

encontré con una persona mayor que yo, en 

circunstancias que la creía una lola por el resuelto 

timbre de su voz.

Los últimos años de Katia no fueron felices. 

Debió emigrar de la URSS a la caída del régimen 

y terminó sus días en Israel.


Nuestro reconocimiento por su labor fue muy reducido. 
Gracias al entusiasmo de los compañeros del programa 
retornados a Chile, viajó invitada a nuestro país en 1995, 
y tuvimos la oportunidad de compartir una cena y algunos 
otros pequeños agasajos. 

Muy poco. 

El pueblo de Chile y el gobierno de Chile están en deuda 
con Katia y con tantos otros hombres y mujeres de tantos 
países que trabajaron sin pausa por la solidaridad con las 
luchas que se libraban en nuestro país contra la dictadura.

Aun es tiempo de reparar esta asignatura pendiente.

Miguel Lawner.


jueves, 14 de mayo de 2009

¿A QUIÉN DAR EL PÉSAME? ¿HACIA DÓNDE ENVIAR EL MENSAJE? ¿A MOSCÚ, A CHILE, A ISRAEL?


Ha muerto Katia Olevskaia.

¿A quién dar el pésame? ¿Hacia dónde enviar el mensaje? ¿A Moscú, a Chile, a Israel?

Quizás a nosotros mismos, guardar silencio, evocar el eco de su voz apasionada, contenida, y decirnos que estamos de duelo. Estamos de duelo los que trabajamos con ella; de duelo están quienes escuchaban esperanzados su voz a través del "éter"; de duelo ha de estar la radio donde ella trabajó desde la adolecencia (Radio Moscú, Voz de Rusia) y en la que quedan todavía algunos de los antiguos; de duelo su familia, la que puede haber quedado en Moscú, su familia de Israel, sus amigos de acá, de allá y de acullá...

Nos damos el pésame a nosotros mismos, tratamos de animarnos pensando que Katia cumplió con su tiempo, con su país o sus países, entre los que se contaba Chile... Sonreímos al recordar su mirada grave, triste, pícara.

Callamos, pensamos en Katia, oímos la voz de Katia.

Eduardo Labarca (Viena)

miércoles, 13 de mayo de 2009

MURIO KATIA, LOCUTORA DE ESCUCHA CHILE, QUE DEBIÓ SER DECLARADA DEFENSORA ILUSTRE DE LOS DERECHOS HUMANOS EN CHILE

EN RECUERDO DE KATYA OLEVSKAYA

En estos días de mayo acaba de llegar una muy triste noticia a nuestra redacción.  

Ekaterina Oliévskaya, ex locutora de Radio Moscú Internacional, falleció a la edad de 92 años.  

Katya nació en Ucrania y, siendo niña  viajó con los padres a México, desde donde la familia regresó a la URSS, a principios de la década del treinta del siglo pasado.  En Kiev, la simpática joven con un buen conocimiento del español entró a trabajar en INTURIST.  Cierta vez viajó a Moscú con un grupo de turistas y por esas casualidades de la vida  se encontró con Luís Chequini, el primer locutor de los programas en español de  nuestra emisora.  Desde entonces que  su vida estuvo  vinculada a Radio Moscú durante muchos años.

Katya Olevskaya, como todos los soviéticos, debió soportar las duras pruebas de los años de la guerra contra Alemania y  el período de restablecimiento del país después de la victoria.  

Katya fue testigo  de grandes logros, como la creación de la bomba atómica  propia, en respuesta a la amenaza de EEUU; del lanzamiento del primer satélite y del primer cosmonauta; el comienzo de  las exploraciones en la región antártica por investigadores soviéticos.  Ante sus ojos cambió el mapa geopolítico de América Latina.  Y de todo esto y mucho mas informaba Katya al auditorio hispanohablante, entre los que tenía numerosos amigos.  

Su talento se reveló con singular brillo con la salida al aire del programa “Escucha Chile”, en el período de la dictadura militar encabezada por el general  Augusto Pinochet. Los oyentes de ese país subrayaban que su voz infundía la seguridad de que, a fin de cuentas, el país retornará a la vía democrática de desarrollo.  

Y cuán magníficas se escuchaban en el éter las voces  en los  dúos de René Largo y Katya Olevskaya, y de José Miguel Varas y Katya.  

“Nuestra Katya”, la llamaban los oyentes.   “Novia de Chile” la llamaban los chilenos.

La fructífera labor de Katya Olevskaya fue distinguida con condecoraciones de gobierno, títulos honoríficos y distintos diplomas.  Katya era muy querida entre sus colegas y entregaba, además, con  gusto su experiencia  a jóvenes  locutores y traductores.

Katya vivió los últimos años  en Israel, con su hija Marina.  Siempre recordaba a sus colegas de Moscú y mantenía contacto con ellos.  Recordemos también nosotros, periodistas y locutores de “La Voz de Rusia” a nuestra Katya, quien perdurará para siempre en nosotros como una leyenda de las emisiones en español, una buena amiga y preceptora.

REDACCION AMERICA LATINA LA VOZ DE RUSIA

A KATIA LE DIERON                                                                                                                          EL PAGO DE CHILE

Siento una pena a sollozos

mas allá que estuviera viejita
sin poder comunicarse con nosotros
persiste su rostro grato y coqueto
su voz dulce y animosa al llegar
cada mañana a nuestra redacción.
Hoy vuelvo a entrar en su casa
donde nos recibía con su alegría
la recuerdo como la madrina
que me acompañó como madre
a nuestra inolvidable boda moscovita
las veces que nos visitó en casa
y el cariño y  agradecimiento
que le tenían don Lucho y doña Lily
todos hoy se emocionaron por su partida.

Luego fue la despedida final de Moscú
y de ella, aunque la conocía desde niño
porque oíamos la radio a fines de los 50
y su juvenil voz estaba en casa siempre
e incluso nos sorprendía en las películas soviéticas
como EL ANTILOPE DORADO, que ella dobló
así que conocerla al fin personalmente 
y fue un  honor cuando cuando me mostró la radio 
y me cayeron las mismas lágrimas de hoy
una mezcla de pena, alegría, rabia y amor
por aquella inmortal mujer de Kiev y México
que abría imaginariamente las cárceles
e irrumpía en los campos de concentración
llevando la solidaridad del pueblo soviético
aliviando a los que sufrían al fascismo en Chile
y luego su llegada y expulsión del Chile pinochetista
y le pregunté el por qué al ministro del interior
que se hizo el que no sabía, el que no conocía
que no supo responder algo convincente porque
(era solo fascismo corriente disfrazado de demócrata)
y no confesó que Pinochet no dejó entrar a Santiago
a la locutora de Escucha Chile y de Radio Moscú
y me sentí orgulloso defenderla de la prensa uniformada
que pretendía ignorarla y continuar mostrando mezquindad 
así que hubo que ir a verla en patota a Mendoza
y a Allende Los Andes a entregarle nuestro homenaje.
Pero finalmente la democracia tampoco la trajo a Chile, 
y fueron los Varas y sus amigos los que se unieron 
para invitara y para que todos pudieramos verla, abrazarla
hacerla sentir como la compatriota más que siempre fue
Chilena Honoraria por su Defensa de los Derechos Humanos
por decisión del pueblo chileno y porque se ganó ese derecho
pero recibió el pago de Chile de las autoridades
que al estar en Moscú destacaban lo hecho por la radio
pero que acá la olvidaban y la ignoraban e incluso  
y algunos dirigentes prometían futuro Estadio Nacional
pero, para la próxima vez que viniera, lo que nunca fue.
Todo eso los refleja tal como eran, como son y serán,
pero nosotros sus amigos, su gap personal, sus colegas
derramamos lágrimas orgullosas por la Compañera Katia
que estuvo, está y y estará Presente, Ahora y Siempre.

LAUTARO AGUIRRE
PERIODISTA DE ESCUCHA CHILE  y RADIO MAGALLANES
DE RADIO MOSCU

(con lágrimas en los ojos): 

Iris Largo Farías 

Porque, en verdad, siento que me interpreta en cuanto a lo que Katia nos entregó y en cuanto a la ingratitud humana palpable en este pueblo chileno. 

Katia merecia el reconocimiento de todo el pueblo. A pesar de todo, algo hicimos por ella, -¿verdad, Gabriela?- al conseguir que viajara a Chile, a pesar de tantas dificultades, en aquel octubbre de 1995, al acogerla en nuestros hogares, al presentarle a tantos amigos y compañeros que querían saludarla, entre ellos, a los infatigables compañeros de MADECO que llegaron en caravana a saludarla en nuestra casa de Miguel claro, al presentarle a aquella pobladora de La Victoria que le dijo: 

"Compañera, tuve una hija en esos negros años de la dictadura, le puse KATIA, COMO HOMENAJE A USTED". ¡CÓMO SE EMOCIONÓ KATIA AL ESCUCHAR AQUELLAS PALABRAS...! 

Se nos fue Katia, la voz  de “Escucha Chile”

Por Marcel Garcés.


La noticia, no por esperada, es menos dolorosa.

Se nos fue Katia, Ekaterina Oliévskaya, la voz de “Escucha Chile”, la expresión concreta de la solidaridad soviética con las luchas por la democracia de Chile y los Chilenos.

Katia murió en Israel, donde viajó, acongojada por incertidumbres que su familia, judíos ucranianos, creyó ver en los estertores del cambio político en las postrimerías de la Unión Soviética, y cuando parecían desatarse las amenazas antisemitas del pasado.

De alguna manera, en el fondo de su corazón se fue al destierro, porque siempre fue una patriota soviética, y así lo sentimos quienes la acompañamos a la estación ferroviara de Kiev, un día triste que nos hizo revivir otras partidas, otros exilios, los nuestros.

Murió a los 92 años, en las páginas de su vida está anotado su paso por México, su trabajo como locutora en español de Radio Moscú cuando las hordas nacistas estaban a las puertas de Moscú, cuando el Ejército Rojo hizo flamear su bandera en el Reichstag, o cuando Gagarin entró en la historia del Espacio.

Quienes la conocimos y convivimos con ella en el blanco Moscú invernal o el colorido Moscú de otoño, en los estudios y pasillos de Radio Moscú Internacional, hoy La Voz de Rusia, o fuimos acogidos por la hospitalidad de su hogar y degustamos sus platos, o recibimos sus palabras de aliento, estamos de duelo.

Ha muerto una parte importante de nuestras historias, una mujer excepcional que entregó no solo su calidad profesional, sino un afecto invalorable en la hora de la nostalgia por la Patria  y la familia y compañeros lejanos.

Pero Katia fue mucho más.

La calidez de su voz, la pasión puesta en la denuncia de los horrores de la dictadura (que algunos que fueron responsables políticos y hasta hoy son defensores cómplices del pinochetismo, pretenden blanquear), el cariño por “sus chilenos”, como decía, y que eran todos los estaban con ella, llegaban a verla, estaban en el exilio, o en la Patria, fue un símbolo.

Fue efectivamente, “la voz de la solidaridad internacional”, de la esperanza en terminar con la dictadura, del compromiso democrático de muchos, una voz que alimentaba los corazones, levantaba los espíritus, estimulaba, infundía ánimos, la certeza de que no estábamos solos, y claro ello indignaba a los enemigos, los esbirros y sus cómplices.

Duele pensar que un día, en 1989, cuando vino a conocer personalmente los paisajes y la gente de ese Chile soñado por ella desde Moscú, la dictadura, que ya tenía sus días contados, en un acto infame y de rencor, le cerro las puertas, Y tuvo que quedarse en Mendoza, donde muchos chilenos fueron en una especie de peregrinación de desagravio.

Luego pudo venir, en 1994, donde recibió  el cariño de centenares de chilenos, de representantes de los trabajadores, de la juventud, pero donde brilló por su ausencia un gesto oficial de reconocimiento.

Ha muerto Katia, y con ella se va una etapa no solo de Radio Moscú, del programa Escucha Chile y de la vida de muchos de quienes estuvimos a su lado.

También se nos ha ido, físicamente, una parte importante de la historia de las luchas por la democracia de Chile, del combate a la dictadura, de compromiso solidario internacional con la democracia chilena y su pueblo.

También se ha ido una página, insuficientemente conocida y quizás hasta ignorada de la historia del periodismo y la radio de Chile, porque el programa Escucha Chile, los periodistas soviéticos de entonces, forman parte también del acerbo histórico-profesional del periodismo nacional.

Chile, sin duda tiene una deuda con Katia Olevskaya.

Quizás, el Colegio de Periodistas,  el Gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, la Concertación, la izquierda chilena, debieran dedicarle un minuto  de recuerdo solemne.

Nunca es tarde

Escucha, Chile: murió Katia Olevskaia
Virginia Vidal

Ha fallecido en Israel nuestra querida Katia. Olevskaia.

Y la veo junto a mí, elegante, siempre con una joya en la solapa. Siento su voz. Qué admirable locutora. Su emoción, su énfasis los transmitía por la onda corta y llegaba no solo a los hogares chilenos que desafiaban la clandestinidad para oír de “la Mosca”, las emisiones de Escucha Chile y de Radio Magallanes. Éstas llegaban aun a la Isla Dawson, a los campos de concentración. Tales programas eran grabados y reenviados a otros compatriotas.

Eran millares los que la amaban y sentían su mensaje solidario de esperanza.

Su castellano perfecto lo había aprendido cuando niña en México donde sus padres cumplían funciones en representación de la Unión Soviética. Comenzó a trabajar en la radio en los años treinta. El alto edificio de la radio se elevaba frente a la estación Novokuznétskaya del metro. Durante la Segunda Guerra Mundial, Ekaterina Olevskaia vivió en la Radio Moscú. Allí nació su hija Marina. Katia me contaba que sus compañeros se turnaban para cuidar al a niña mientras ella realizaba su trabajo.

Con el fin de la Unión Soviética, fue duro para ella tomar la decisión de irse a Israel.. Un cambio radical, un desarraigo absoluto. Le tocó vivir el exilio que tanto había combatido.

Cuando vino a Chile, recorrió con emoción lugares que veía por primera vez, pero que conocía porque los había descrito: en primer lugar, la Moneda cuyo bombardeo dio a conocer. Aún no estaban autorizadas las visitas para el público, pero el carabinero de guardia la dejó entrar al Patio de los Naranjos. Katia amó a Santiago, recorrió la Plaza de Armas, entró en la catedral…

Amiga, supiste tanto de nuestras vidas, pero apenas nos asomamos a la tuya. No podemos olvidar que tú luchaste contra la dictadura de Pinochet y pusiste todo tu coraje para alcanzar la democracia.

Katia Olevskaia, presente.

ESCUCHA CHILE...HA MUERTO KATYA OLVESKAIA

La voz de Katya Olevskaia era la voz de un ángel laico que desde las ondas de radio Moscú nos entregó dosis de esperanza durante los años más duros y oscuros de la historia de Chile. Katya se ha ido, lejos de su patria soviética que ya no existe, en un exilio impregnado de derrota, como todos los exilios, bajo un cielo muy lejos de los nubosos atardeceres moscovitas en los que su voz se iba encendiendo lentamente hasta alcanzar el fulgor de aquel saludo tan amado por tantas y tantos, que esperábamos el calorcito necesario que nos entregaba al decir “Escucha, Chile”.

En medio del miedo, mientras los perros ocupaban las calles de Chile, alguien encendía una radio, buscaba en la banda de onda corta y, a muy bajo volumen, las compañeras y los compañeros se congregaban en torno al receptor para resistir, porque la Resistencia a la dictadura se fraguó en tardes frías, en noches demasiado largas, ejerciendo el deber de la clandestinidad primaria que consistía en informarse, en saber quién y cuántos habían muerto o desaparecido. Pero esa forma de resistencia, de clandestinidad a bajo volumen, nos entregaba también la certeza de no estar solos en medio del horror, y la voz de Katya anunciando “Escucha, Chile” era la única esperanza que nos llegaba.

Esperábamos su voz de ángel soviético y laico en Chile y en los países del exilio. Como todos los ángeles Katia fue también un ángel puro e ingenuo. Era como un ser de novela, de las mejores novelas de un tiempo del que apenas quedan recuerdos, porque la formidable idea del soviet, de la patria soviética, del país de los obreros, campesinos, estudiantes y soldados, se diluyó sin pena ni gloria y sin que los firmemente creyentes de esa hermosa utopía -los ángeles como Katya- pudieran hacer nada por impedirlo.

Katya era la solidaridad en su estado más puro, la entrega total y sin otra razón que la poesía de la lucha. Katya era el Poema Pedagógico de Makarenko, la novia invisible de los komsomoles de Así Se Templó el Acero, el emblema quijotesco del valiente soldado Chapaiev, la feroz ternura de La Madre de Gorki. Katya era todo aquello condenado a desaparecer por su propia envergadura.

Cuando se derrumbó la Unión Soviética y el resto de los países del llamado socialismo real se entregaron a la brutalidad mafiosa del capitalismo en su peor expresión, la fase sin moral de la acumulación primaria, todo lo que Katya representaba fue considerado obsoleto, inmoral, deleznable, y ella fue testigo de la miseria moral adueñándose de todo lo que alguna vez tuvo un significado lleno de digna humanidad.

Su voz invitando “Escucha, Chile”, se apagó y es posible que no quede una cinta de aquellos programas destinados a los que sufrían, y para los que esa voz, era la única esperanza que llegaba del ancho mundo.

La vi en Moscú, poco antes de que marchara a su exilio final en Israel. Dimos un paseo por aquel Moscú invernal, y vimos a ancianos ateridos de frío vendiendo sus condecoraciones de héroes de la Unión Soviética. Nunca olvidaré a una anciana que vendía un lote de fotografías de la segunda guerra mundial. Eran fotos de Las Rosas de Stalingrado, de una escuadrilla de mujeres pilotos que con sus aviones fueron la pesadilla de los nazis. En las fotos se veía a esas hermosas muchachas soviéticas y la anciana que las vendía era una de ellas. Katya me miró con azul tristeza, yo apreté su mano y nos alejamos entre el mar de derrotados.

Katya Olevskaia debió recibir el más alto reconocimiento de los chilenos, pero no fue así. Sus amigos queridos, Virginia Vidal, José Miguel Varas, Cristina de Largo, no le fallaron y le entregaron todo el amor solidario que les fue posible. Pero el país, empeñado en olvidar la épica y en construirse a sí mismo sin memoria, no respondió. Katya Olevskaia murió en un país lejano, bajo otro cielo, porque así se apagan las voces de los ángeles soviéticos y laicos.

Escucha, Chile, enciende una vieja radio, busca en las bandas de onda corta, congrega a los tuyos para un necesario acto de resistencia y recuerdo. El silencio del éter te dirá que la dulce voz de Katya se ha ido para siempre.

Luis Sepúlveda, 12 de mayo de 2009